viernes, 15 de enero de 2010

Muy, muy temprano -como la de los Fab Cadillcs-

Vientos huracanados... machín pegaron ayer en la noche-madrugada. Caían ramas por la calzada. Dos que tres ya estaban en el suelo, pero igual se veía medio fantasmagórico el camino. Nomas faltaba que a lo lejos se escucharan los cascos de algún caballo y que el jinete sin cabeza saliera, pero no a cortar cabezas, sino a cortar ramas el cabron, por eso el tiradero. Unos polis en su patrulla, nomas se asomaron y como que vieron que fuera caminando bien. Iba de lado a lado pero igual pensaron que era por el viento y la madrugada fría… No mames, venía con el pendiente de la Mika, de que no la fuera a encontrar en los cables de la luz enredada o en el árbol de mango ensartada en unas ramas, o hasta electrocutada por la estática del viento y sus greñas, y con un toque leve a la reja de metal, madres! Quedará ahí tostada.

Llegue al cantón y como siempre me recibió con unos ladridos, que ahora si ni entendí si era reclamo o aclamo, pero ni caso le hice pos traía un chingo de sueño y frio. Un chingo de frio. Un chingo de sueño.


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